Escalada de agresividad en la política española, que incluye episodios de violencia simbólica contra figuras públicas.
Aumento de la violencia política, en particular desde el partido de extrema derecha Vox.
Fracaso de los actores políticos para frenar la deriva violenta en la política.
El PSOE se victimiza y atribuye inadecuadamente toda la responsabilidad al PP.
Los límites de la libertad de expresión en contextos de violencia y polarización política deben ser tenidos en cuenta.
Conclusión: Es necesaria una regulación y sanción firme para frenar esta escalada de violencia en la política española. Todos los actores políticos deben actuar con responsabilidad para evitar la violencia política y garantizar la dignidad de las personidades públicas.