La ira de los americanos rurales hacia la élite de Washington se centra en aspectos como la destrucción de las granjas familiares a causa del poder monopolístico de Big Ag.
Cerca del 88% de los votantes rurales estarían a favor de un candidato que apoye la confrontación con los monopolios de procesamiento de carne y promueva la competitividad de los negocios locales.
Se reconoce el esfuerzo de la administración Biden-Harris para igualar la cancha en favor de los granjeros, sin embargo, la comunicación de estos logros ha sido deficientes.
Existe un incremento interesante en el respaldo a Harris en áreas rurales gracias a mujeres, jóvenes y personas de color, pese a que su campaña no ha destacado suficientemente las batallas contra Big Ag.
Los granjeros llevan décadas luchando por la aplicación de leyes antimonopolio y han experimentado decepciones significativas en el pasado.
Hay una amargura arraigada en granjeros y ganaderos debido a esfuerzos de reforma fallidos, derivando en su desesperanza y apoyo a Trump.
Es necesario convencer a los granjeros que esta vez las reformas serán diferentes y más efectivas, reconstruyendo así la confianza en el gobierno.
Conclusión: Es vital que Harris haga un esfuerzo por comunicarse mejor con los granjeros y haga explícito su respaldo a ellos en contra de Big Ag. Aprovechando esta oportunidad, los demócratas podrían tener la ventaja sobre los republicanos.