Al menos 320 periodistas están detenidos alrededor del mundo, incluyendo 22 en Rusia por hablar la verdad.
Dos de los periodistas encarcelados en Rusia son reporteros americanos.
El estado de los periodistas detenidos empeora en comparación con las normas soviéticas.
Se acusa a los periodistas de espionaje y agente extranjero, sin pruebas creíbles.
El disentimiento contra la guerra en Ucrania se castiga con un crimen en Rusia.
Los medios de comunicación internacionales son ahora una de las únicas fuentes de noticias independientes en Rusia.
Conclusión: Vladimir Putin sigue reprimiendo las voces disidentes, particularmente las de los periodistas, y el gobierno de Estados Unidos y las instituciones de la prensa libre deben utilizar todas las herramientas diplomáticas disponibles para garantizar su liberación.