Benjamin Netanyahu, el primer ministro de Israel, está obstruyendo un avance hacia la resolución del conflicto en Gaza a pesar de la presión internacional y local.
Netanyahu está utilizando la guerra para fines políticos, creando un descontento creciente entre la población israelí.
Incluso ha logrado alienar al mayor aliado de Israel, Estados Unidos, desafiando su asesoramiento.
La crisis de los rehenes es un problema central en el debate interno israelí sobre la guerra. Netanyahu y sus partidarios de derechas insisten en que solo la presión militar implacable sobre Hamas puede conducir a su liberación.
La administración de Biden, así como varios estados árabes, proponen un proceso que llevaría a un alto el fuego permanente.
Netanyahu no ha propuesto un plan real después de la guerra en Gaza, optando por bloquear la creación de un estado palestino.
Conclusión: Netanyahu, al seguir una vía de guerra y resistencia contra el asesoramiento internacional, ha perdido la confianza de su pueblo y de sus aliados, convirtiéndose más en un obstáculo que en un facilitador de soluciones.