Hay una creciente tensión en Nueva Caledonia, con conflictos que se han intensificado bajo el liderazgo de Emmanuel Macron.
Macron intentó diluir el poder de los independentistas otorgando el derecho de voto a los residentes de diez años, lo que llevó a disturbios y a una pérdida considerable de confianza entre París y los independentistas.
Los independentistas han utilizado la crisis para consolidar su poder, ganando más votos que los leales y teniendo un representante en la Asamblea Nacional por primera vez desde 1986.
Nueva Caledonia se ha convertido en un territorio fracturado y empobrecido, en el que algunos barrios no son accesibles y están controlados por bandas dispuestas a todo.
El nuevo ministro encargado de los Territorios de Ultramar, François-Noël Buffet, necesita trabajar para restaurar la confianza y revitalizar la economía local.
Conclusión: La situación en Nueva Caledonia es evidencia de una relación deteriorada entre París y los independentistas, exacerbada por decisiones políticas y disturbios. Es imprescindible que se implementen acciones para restaurar la confianza y asegurar un futuro estable para la población.