La producción mundial de textil se ha duplicado en dos décadas.
El sector textil es responsable del 10% de la producción de gases de efecto invernadero.
Shein, una gigante de la moda, ha multiplicado sus ventas por diez en tres años.
Existe una sobreconsumo de ropa asequible y de baja calidad.
Las prácticas de fast fashion no son sostenibles social ni ecológicamente.
Las personas de clases populares y medias son a menudo culpadas de los problemas medioambientales causados por la industria de la moda.
El debate sobre la regulación económica de la industria de la moda está en la agenda política.
Conclusión: El crecimiento desmedido de la industria de la moda rápida tiene graves consecuencias ambientales y sociales. Sin embargo, el enfoque no debe estar en culpar a los consumidores, sino en establecer una regulación económica efectiva para la industria.