Este es el caso de acoso cibernético más grande tratado por la justicia francesa hasta ahora, con 28 personas acusadas.
El Ministerio Público solicita penas de prisión, enfatizando que el espacio digital no es una 'zona libre de la ley'.
Todos los acusados acosaron a Magali Berdah, la directora de una agencia de influencers, aunque no la conocieran personalmente.
El rapero Booba aparece como figura central, siendo acusado de 'acoso moral agravado'.
Booba niega su responsabilidad, pero el hecho coincide con la creación de su propia agencia de influencers.
Conclusión: El caso ilustra la aplicación de la ley en el espacio digital y cómo la rivalidad y competencia pueden desencadenar acusaciones graves de acoso. El papel de Booba y su posible beneficio por la desaparición de competidores introduce una capa de complejidad adicional.