Francia tiene un nuevo primer ministro, Michel Barnier, el más viejo en la historia de la Quinta República, tras la derrota electoral de Emmanuel Macron.
La elección de Barnier, con la intención de salir de la parálisis política, ha tenido un impacto negativo en el frente republicano establecido para proteger al país de la llegada al poder de un partido de extrema derecha.
El nombramiento de Barnier fue posible gracias al anuncio del partido de extrema derecha, el Rassemblement national (RN), de que no vetarían su nombramiento.
La elección de Barnier no cierra la crisis política que se abrió con la disolución de la Asamblea por Macron ni resuelve la crisis de confianza que emerge de la encuesta publicada recientemente.
Todos los partidos tienen responsabilidad en esta situación, y el fracaso en alcanzar un compromiso y formar una coalición muestra la ausencia de tal habilidad en la política francesa.
Conclusión: La supervivencia política de Barnier depende de sus habilidades negociadoras. Su tarea inmediata será enfrentar el desafiante proyecto de ley de finanzas para 2025 en medio de crecientes preocupaciones sobre la seguridad, la inmigración y el acceso a los servicios públicos.