El envejecimiento demográfico es una crisis predecible con grandes implicaciones sociales y económicas.
Este fenómeno global es provocado por el alargamiento de la durée de vida y la disminución de la natalité.
El creciente número de personas mayores amenaza la estabilidad de los sistemas sociales y de previsión.
En el caso de Francia, en 2070, las personas mayores de 65 años representarán casi un tercio de la población.
Las economías con una población envejecida luchan por mantener un nivel de crecimiento que pueda financiar su modelo social.
La productividad puede disminuir a medida que la población activa disminuye.
El ahorro supera el consumo y la inversión, y el envejecimiento absorbe una creciente parte de los recursos del país.
El calentamiento global y la defensa son otras áreas urgentes que requieren recursos financieros.
El debate político en torno a estos desafíos está polarizado y paraliza la acción.
Conclusión: No hay soluciones populares ni sencillas para el desafío del envejecimiento. Sin embargo, es esencial un debate realista y equitativo para introducir cambios necesarios, como aumentar los impuestos, reducir el nivel de las pensiones, aumentar la edad de jubilación y recurrir a la inmigración.