La crisis democrática en Francia no es nueva pero su magnitud creciente es alarmante.
Hay una desconfianza generalizada hacia los políticos y la división política se estructura en tres bloques, cada uno rechazado por los otros dos.
El estudio indica que la situación política está paralizada desde las elecciones legislativas del 7 de julio, prolongando indebidamente un gobierno dimisionario.
Si Macron no nomina pronto un Primer Ministro y no implementa cambios, la frustración de los votantes podría incrementar.
El estudio resalta que la disolución unilateral del gobierno por parte de Macron tras su derrota en las elecciones europeas ha sido perjudicial.
El bloque republicano está bloqueado por su propia ideología racista, pero aún así continúa resistiendo.
Para evitar el caos, Macron necesita reconsiderar su enfoque presidencial y políticas.
Conclusión: El país se encuentra en una encrucijada crítica y la acción inmediata es necesaria para restablecer la confianza en el sistema político y evitar el caos.