Masoud Pezeshkian se convierte en presidente de Irán, superando al ultraconservador Saïd Jalili en las elecciones.
Se espera que Pezeshkian mejore la calidad de vida de los iraníes y suavice las restricciones sociales.
El boicot inicial de los votantes mostró el descontento popular hacia el régimen. En el segundo turno, muchos acudieron a las urnas para darle una oportunidad a Pezeshkian.
Para conseguir que se levanten las sanciones, Pezeshkian debe involucrar seriamente a Teherán en las negociaciones sobre el acuerdo nuclear.
Pezeshkian enfrenta el desafío de cumplir sus promesas dentro de un régimen dominado por la facción dura.
Conclusión: Pezeshkian puede ser una fuerza de cambio en Irán, pero se enfrenta a múltiples desafíos para lograr sus objetivos y mejorar la vida y libertades de los iraníes.