El primer ministro de la India, Narendra Modi, y su partido, BJP, han perdido fuerza en las últimas elecciones, en comparación con los resultados de 2014 y 2019.
A falta de mayoría, Modi tendrá que forjar alianzas con partidos regionales, disminuyendo el poder absoluto que había ostentado.
Las políticas de Modi han sido criticadas por fomentar la supremacía hindú en detrimento de las minoridades religiosas.
Modi había esperado obtener suficientes escaños para modificar la Constitución hacia una identidad más hindú, pero no logró suficiente apoyo.
Se pensaba que la inauguración de un templo hindú contribuiría a su reelección, pero perdió en las áreas relevantes.
El resultado representa un equilibrio entre el gobierno y la oposición, frenando un declive de la democracia y la deriva hacia un régimen autoritario.
India entra en un periodo de inestabilidad con coaliciones frágiles y gobiernos vulnerables.
Conclusión: La época del dominio absoluto de Modi y BJP parece estar llegando a su fin, con un electorado claramente reacio a permitir una transformación hacia una identidad más hindú.