Nueva Caledonia no es un 'expediente' ordinario debido a su complicada historia colonial y su distancia geográfica de Francia.
El presidente Emmanuel Macron se enfrenta a la ardua tarea de apagar incendios que él mismo contribuyó a encender.
Macron tiene que retroceder en varios puntos cruciales para desactivar la crisis.
Macron ha prometido no forzar la reforma del cuerpo electoral, una medida que, según muchos electos, es esencial.
Para lograr la paz, Nueva Caledonia necesita no solo un cambio de enfoque, sino también elevar el nivel de sus interlocutores, apuntando a la adaptación de los principios jurídicos de Francia para permitir la 'emancipación' del territorio.
Conclusión: La superación exitosa de esta crisis es un imperativo para Francia y Macron, ya que pone a prueba su habilidad para manejar problemas de descolonización en el siglo XXI.