Aumentan las agresiones contra los funcionarios electos en Alemania.
Las agresiones se han duplicado casi en los últimos cinco años.
Existe una creciente fragilización de la democracia alemana.
Los ataques recuerdan la violencia política de la República de Weimar.
La respuesta a este problema debe provenir tanto de los ciudadanos como del Estado.
Conclusión: Alemania está viviendo un cambio de época en el plano político, y necesita enfrentar activamente a aquellos que amenazan la democracia desde dentro del país.