El gobierno de Gabriel Attal lucha por legitimar su nueva estrategia presupuestaria ante un crecimiento desacelerado y el desequilibrio de las cuentas públicas.
La meta es reducir el déficit público de Francia a menos del 3% del PIB para 2027, un objetivo que algunos analistas consideran poco realista.
La confianza en la estrategia económica del presidente Macron se está debilitando, con crecientes amenazas de moción de censura.
La estrategia presupuestaria refleja un aplazamiento de decisiones difíciles hasta después de las elecciones europeas.
El Haut Conseil des finances publiques considera que una cantidad de ajuste presupuestario de casi 60 mil millones de euros será necesario, y que este esfuerzo no tiene precedentes.
Conclusión: Debido a la falta de un plan claro y la inestabilidad política, la estrategia económica de Francia está bajo un creciente escepticismo y la necesidad de un debate político serio en torno a las responsabilidades y el camino a seguir nunca ha sido mayor.