Le Proche-Orient se acercó peligrosamente a una guerra a gran escala el 13 de abril.
El régimen en el poder en Teherán atacó directamente a Israel por primera vez, usando drones y misiles.
La respuesta del régimen de Teherán a las acciones de Israel se interpreta como una prohibición de perder la cara.
El gobierno israelí debe elegir entre una escalada peligrosa y la proclamación de victoria tras la destrucción casi completa de los drones y misiles iraníes.
Después de los asesinatos de civiles israelíes por milicianos de Hamas, todos los esfuerzos deben dirigirse a evitar un conflicto mayor en el Medio Oriente.
Las perturbaciones en el comercio internacional debido a los ataques en el Mar Rojo son un presagio de las consecuencias de una guerra entre Israel e Irán.
El Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, no debe asumir que siempre contará con el apoyo incondicional de sus aliados.
Conclusión: La mejor desescalada vendría con un alto al fuego en Gaza, si Israel abandona una línea maximalista, y se abre una perspectiva política para los palestinos.