La Unión Europea (UE) ha aprobado el establecimiento de impuestos sobre la importación de vehículos eléctricos de China.
Esta decisión es el resultado de una investigación que reveló la masiva ayuda pública que reciben los fabricantes chinos.
Las tarifas adicionales pueden llegar hasta el 35,3% del precio del vehículo, además de los derechos de aduana del 10% que ya están en vigor.
La UE se vio forzada a tomar medidas para proteger su industria contra prácticas consideradas desleales.
Alemania, Hungría, Malta, Eslovenia y Eslovaquia se opusieron a estas barreras arancelarias.
En términos económicos, no se espera un milagro de este proteccionismo.
Conclusión: El proteccionismo no es un fin en sí mismo, sino simplemente un paso y un medio por el cual Europa puede ponerse al nivel de la competencia china para acelerar la transición ecológica.