El escaso conteo de muertes palestinas en Gaza sigue perdiendo relevancia a medida que los mortales ataques israelíes continúan y la atención internacional se centra en el Líbano.
Israel opera en el sur del Líbano contra la milicia de Hezbollah y planifica una respuesta a los misiles iraníes, lo que aumenta los temores sobre una posible escalada regional.
Estados Unidos, pese a ser el aliado más cercano de Israel, demuestra una marcada impotencia.
El primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, ha demostrado poco respeto hacia las líneas rojas trazadas por el presidente Joe Biden.
Los intentos del Secretario de Estado de los Estados Unidos, Tony Blinken, para mediar en la región no han producido ningún resultado.
Estados Unidos, a pesar de ser un aliado, parece seguir a Israel en relación a los blancos potenciales de represalia contra Irán.
Conclusión: La ausencia de voluntad de los Estados Unidos para intervenir en el conflicto y usar su influencia y ayuda militar con Israel resulta lamentable, especialmente dada la peligrosidad del uso exclusivo de la fuerza en el Medio Oriente y el estado de coma del multilateralismo.