La muerte del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, en un bombardeo israelí el 27 de septiembre no puso fin a la ofensiva israelí contra Líbano.
Israel persigue a la milicia chiíta más al norte, posiblemente hasta la frontera del río Litani.
La Resolución 1701 de la ONU, adoptada después de la guerra inconcluida de Israel en 2006, es un factor importante en la geopolítica actual.
El papel de Hezbollah en los asesinatos de opositores políticos, especialmente del ex Primer Ministro Rafic Hariri, ha afectado su imagen.
La participación de Hebollah en la guerra civil en Siria para apoyar a Bashar Al-Assad ha dañado su reputación.
Israel defiende su ofensiva contra Hezbollah como un acto de defensa legítima.
La adición del caos al caos a un estado en constante parálisis no puede resultar en una estabilización.
Conclusión: El agresivo enfoque de Israel hacia Hezbollah y Líbano podría tener consecuencias perjudiciales en la región si persiste en su ofensiva, añadiendo aún más caos a una región ya inestable.