El tráfico ferroviario sufrió un grave incidente debido al robo de cable de cobre, el cual es parte vital para garantizar la seguridad de los convoyes.
El robo llevó al ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, a sugerir la posibilidad de un sabotaje.
El incidente afectó alrededor de 11,000 personas y trastocó seriamente sus planes de viaje.
El Partido Popular (PP) utilizó la situación para intensificar sus ataques al gobierno.
Los servicios públicos deben ser un motivo de orgullo para un país y deben ser protegidos.
La red de alta velocidad española, con 4,000 kilómetros de cableado, es la segunda más grande del mundo, después de China.
Conclusión: Es necesaria una mejor gestión y inversión en las infraestructuras ferroviarias, garantizar su seguridad y mejorar la atención al público. A raíz de este incidente, la eficacia y la seguridad del servicio público se cuestionan seriamente.