Catalunya ha experimentado menos incendios forestales este año, gracias en gran parte a las lluvias de junio y a la eliminación del factor peligroso 30-30-30 que temen los bomberos (días con más de 30 grados centígrados de temperatura, vientos de más de 30 km/h y menos del 30% de humedad).
La reducción de los incendios no se debe a mejores políticas forestales o a un cuidado más efectivo de los bosques. El abandono de los bosques y la falta de limpieza han convertido estos lugares en enormes depósitos de combustible.
Es necesario mejorar los recursos y la legislación para desarrollar una política forestal suficiente y eficaz en Catalunya. También se debe fomentar la explotación sostenible de los bosques y dividir el presupuesto para que la prevención de incendios forestales reciba dos tercios.
El abandono de la vida rural y los campos de cultivo representa un problema, ya que los convierte en terrenos propensos a los incendios en lugar de actuar como barreras protectoras.
Conclusión: El cuidado de los bosques y el entorno rural es crucial ante el avance del calentamiento global, las olas de calor y los episodios de sequía. Se necesitan medidas urgentes para prevenir los incendios del próximo verano, mediante la inversión en políticas forestales, conciencia pública y la prevención de incendios.