El gobierno español ha reconocido oficialmente a Palestina como estado, en una acción conjunta con Noruega y Irlanda.
El presidente Sánchez considera este reconocimiento como un acto de justicia y una medida para impulsar el proceso de paz entre Israel y Palestina.
Sánchez apoya un Estado palestino con las fronteras de 1967 y Jerusalén Este como capital.
Este movimiento ha enfrentado la oposición interna del Partido Popular español, que afirma que empodera a Hamas.
Se considera que este reconocimiento tiene más simbolismo que efectividad práctica, pero envía un mensaje de apoyo a una solución de dos estados.
El reconocimiento ha provocado una respuesta áspera de Israel, que ha incluido tensiones diplomáticas y críticas hacia Sánchez y otros miembros del gobierno español.
Conclusión: El reconocimiento de Palestina por parte del gobierno español ha causado tensiones tanto internas como externas, y pese a ser una acción mayoritariamente simbólica, busca impulsar el proceso de paz y una solución de dos estados en el conflicto Israel-Palestina.