El presidente Putin admite que el atentado fue cometido por islamistas radicales, pero insinúa una interferencia ucraniana.
Putin critica a EE.UU. por sugerir que ISIS cometió el ataque, poniendo en duda que los islamistas podrían actuar durante el Ramadán o contra Rusia.
El Kremlin, al detener a los presuntos involucrados, sigue desviando la atención hacia Ucrania, a pesar de que Kyiv ha negado cualquier participación.
Putin minimizó y no consideró las advertencias de un posible atentado proporcionadas por las embajadas estadounidense y británica.
El artículo sugiere que aceptar la autoría de ISIS implicaría admitir un error en los servicios de seguridad rusos.
La amenaza potencial del terrorismo asiático central se había convertido en un punto ciego para el régimen de Putin.
Se espera un incremento de la represión interna para que Putin trate de prohibir cualquier implicación en el ataque.
Conclusión: El texto sugiere que Putin utiliza la tragedia para desviar la atención de las fallas internas, presentándolo como un ataque externo, específicamente de Ucrania, en lugar de admitir cualquier debilidad propia.