Se describe a Donald Trump como belicista, contradiciendo su retórica de paz y aversión a intervenir en países terceros.
Prometió paz en ciertas regiones, como Ucrania y Gaza, pero esta no llegó.
Las fuerzas bajo su mandato bombardearon Irán sin cumplir con plazos establecidos.
El presidente se unió a la ofensiva de Israel, impulsada por los éxitos militares de Benjamin Netanyahu.
Trump favoreció la táctica militar en su gobierno, confundiendo a la comunidad internacional.
Su ataque a Irán fue sin provocación, ni aprobación del Congreso, violando el derecho internacional.
El ataque de EE.UU a Irán benefició a Israel, paralizando a un gran enemigo.
La responsabilidad del inicio de una guerra es alta, especialmente con las situaciones críticas en Gaza y Cisjordania.
La múltiple violación del derecho humanitario y la Carta de Naciones Unidas persisten.
A pesar de todo, siempre hay posibilidad de retomar el camino diplomático.
Conclusión: La estrategia militar de Trump conduce a un ciclo infinito de guerra. Pese a la situación, la diplomacia sigue siendo una opción posible y necesaria.