Isabel Perelló, la nueva presidenta del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, pronunció un discurso de valor extraordinario defendiendo la independencia de jueces y magistrados.
Perelló fue elegida a pesar de no tener el aval de La Moncloa, lo que muestra un cambio en la forma en que se seleccionan estos cargos y demuestra su independencia del poder político.
Destaca la responsabilidad de Perelló para proteger la independencia del Poder Judicial frente a los poderes Ejecutivo y Legislativo.
Álvaro García Ortiz, el fiscal general, fue criticado por su discurso que parecía estar más al servicio del poder político.
Conclusión: Perelló tiene ante sí el reto de salvaguardar la independencia del Poder Judicial, una necesidad clave en el actual escenario agravado por las presiones políticas. Su nombramiento marca un cambio importante en la designación de los titulares del CGPJ, especialmente importante para el mantenimiento de un sistema democrático.