La renuncia del jefe de Seat, Wayne Griffiths, a la presidencia de la patronal de automóviles, representa la frustración empresarial con un Gobierno que no está impulsando las políticas ecológicas.
58 compañías del sector respaldaron la posición de Griffiths, lo que marca un descontento generalizado.
La inactividad del gobierno amenaza la posición competitiva de España en el mercado europeo.
La competencia desleal de China ha obligado a la Comisión a imponer aranceles a los coches eléctricos chinos.
El Plan MOVES y la mejora de la infraestructura de recarga, que Pedro Sánchez se comprometió a poner en marcha, aún no se han materializado.
No existe un plan eficaz de incentivos fiscales, lo que resulta en que las ayudas para la compra de coches eléctricos sean insuficientes.
Aunque España puede convertirse en un hub de movilidad eléctrica, es necesario que el Gobierno pase de palabras a acciones e impulse la colaboración público-privada.
Conclusión: El gobierno español necesita adoptar medidas concretas para facilitar la transición hacia la movilidad eléctrica y mantener la posición competitiva del país en el ámbito automovilístico europeo y mundial.