Álvaro García Ortiz ocupa una posición débil y esta se exacerbó aún más después de que quedara expuesta una división mayor de la esperada incluso en la cúpula fiscal.
La orden de no investigar la revelación de datos confidenciales por la fiscalía causó una gran división en la Junta de Fiscales de Sala.
La posición de García Ortiz apenas tiene respaldo, reflejando su política de nombramientos y aumentando el número de fiscales de la Unión Progresista de Fiscales.
La necesidad de llevar a cabo diligencias mínimas es tan obvia que incluso varios fiscales se han opuesto a su superior.
García Ortiz ha ejercido una presión sin precedentes a la fiscalía al forzarla a tomar una posición en una cuestión que afecta su futuro judicial y personal.
Conclusión: La dimisión de García Ortiz parece ser inevitable, ya sea en el corto o en el largo plazo.