La Fiscalía dirigida por Álvaro García Ortiz enfrenta acusaciones de minar la confianza en su autonomía y de revelar una debilidad extrema.
Existe tensión en la Junta de Fiscales de Sala que han sido convocada a discutir una querella por revelación de datos confidenciales.
La fiscal María de la O Silva denuncia 'presiones' para informar en contra de su admisión.
La dirección de la Fiscalía ha sido criticada por su supuesto servilismo al Gobierno y ha causado un descrédito creciente entre su carrera profesional.
Conclusión: El manejo actual de la fiscalía está dañando la reputación de una institución esencial para el estado de derecho.