Las próximas elecciones en Irán representan una prueba de fuego en un momento de debilidad interna y tensiones crecientes con Occidente debido a la amenaza nuclear.
El régimen teocrático del país enfrenta el riesgo de un boicot electoral por parte de ciudadanos frustrados por la represión política y la crisis económica.
Las elecciones renovarán un Parlamento que mantiene una fachada representativa en un sistema controlado totalmente por el Líder Supremo.
Estas elecciones encuentran a Irán en medio de protestas tras la muerte de Masha Amini en una comisaría, un evento que ha desatado el mayor cuestionamiento al control de los ayatolás en décadas.
Para aplacar el descontento popular, Irán ha aumentado la tensión con Occidente, enriqueciendo uranio a niveles récord y apoyando a Hamas en Gaza.
Conclusión: En este contexto de represión interna y desestabilización regional, la oposición iraní necesita más que nunca el apoyo exterior y una señal de que Occidente no negociará un nuevo pacto nuclear ni aliviará las sanciones a Teherán.